Son días ya que los fantasmas se han sentado a contemplar las ventanas. Ahí donde los vi dando vueltas, atravezando las paredes de la sala y las calles sin semáforos, ahora no hay más que el vacío lleno de todas las cosas que a diario me hacen recordar que todos los días son iguales.
Acostumbrado a que vinieran a cualquier hora a platicarme las nostalgias de su vida disoluta, los avatares de un día a día insoportable por la indiferencia del mundo, me quedé ayer buscando con la mirada las cosas que se movían solas y las sombras de nadie que bajaban la escalera antes de que no sé que hechizo los amanzara.
Me aterra quedarme sólo en casa, porque se esconde por ahí un espectro de miedo, tan sólo y errate como un ánima que no descansa, que se aferra a las ofrendas de la caridad añeja, a las veladoras y los inciensos y los vinos y las sales de corazones fríos bajo la piel desgastada. Me aterra verlo todos los días frente al espejo...
lunes, 31 de agosto de 2009
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1 comentario:
Si no se esfuman hay que tener cuidado con los fantasmas (Mario Benedetti)
La mujer del monitor parece que me mira y no. Se interpone entre nosotros el reflejo de mi entre el espejo... (Genaro Patraka)
A veces soy un traje gris en el closet de mi cuarto, otras dos ojos que bajan la escalera y al final tan sólo un fantasma que deambula sin saber dónde está esperando tu regreso... (Claudio Bnedetti)
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